Mundo Informático En Alborozo Por Las Patentes De Software

Recursos Educativos Multilingües Sobre Característica Intelectual y el Public Domain

中文
Chino
Français
Francés
Português
Portugués

Español
Inglés
English

MUNDO INFORMÁTICO EN ALBOROZO POR LAS PATENTES DE SOFTWARE

James Boyle, 30 de junio de 2005

La Europa de la Informática está en alborozo. ¿El motivo? Una votación decisiva para la propuesta de Directiva sobre Patentes de Software tendrá lugar en el Parlamento Europeo el 6 de junio.

Aunque dependiendo de la versión que estemos oyendo, en realidad la Directiva no tiene nada que ver con patentes de software. Hay quien defiende que, tal y como su nombre oficial indica, es apenas una directiva sobre "invenciones implantadas a través de ordenador." Según esta línea de opinión, la Directiva sólo cubrirá sistemas que usen software para controlar elementos del mundo exterior, como por ejemplo semáforos, pero no el software que solo funciona... bueno... software, tal como un navegador de internet o un programa de hojas de cálculo.

Los detractores están en completo desacuerdo. Defienden que la Directiva no sólo permite un concepto expansivo de patentes de software "puras" sino que también puede permitir la innovación tóxica de los Estados Unidos conocida con el nombre de "patentes de modelos de negocios." Si una patente normal cubre el nuevo diseño para un sacacorchos o una nueva forma de cocinar hamburguesas, una patente de modelos de negocios, cubre la idea de abrir una botella de vino o de vender comida basura.

El debate entre ambas partes ha subido de tono en los últimos años, con acusaciones de fallos procesales, intensas discusiones sobre la terminología legal, declaraciones de gobiernos a favor y en contra, la intervención de celebridades tecnológicas (si esta noción no es un oxímoron) y un nivel de intensidad que uno podría esperar en el debate sobre la ética en las investigaciones con células madre pero que parece un poco extraño en una área como esta. ¿Qué es lo que pasa?

En el plano sustantivo, lo que pasa es que estamos ante una lucha por las condiciones básicas de competencia en el mundo digital. Ambas partes están de acuerdo en cuanto al hecho de que la Propiedad Intelectual desempeña un papel importante en el campo de la innovación, pero difieren en relación a la cantidad de derechos - a partir de qué momento más derechos comienzan a ser perjudiciales en lugar de beneficiosos - y en relación al impacto que se podrá producir en empresas de diferentes dimensiones. En particular, una preocupación muy concreta es el efecto de las patentes de software en el llamado "software libre" o "software open-source", del que Linux es ejemplo, y que se crea a través de un proceso fascinante de desarrollo descentralizado.

No ayuda mucho al debate tener personas bien intencionadas que simplemente no consiguen ponserse de acuerdo sobre el verdadero significado de la propuesta de Directiva; una indicación de los peligros inherentes al proceso de toma de decisiones jurídicas en un área del derecho de la propiedad donde las fronteras no están delimitadas por vallas o por paredes sino por conceptos e ideas vaporosas. Un derecho de propiedad creado en un principio con un objetivo puede extenderse como si se tratase de una ameba y aplicarse a situaciones que nunca estuvieron en la mente de sus creadores.

¿Cuál de las partes del debate europeo tiene razón? Uno de los problemas es que, como suele ocurrir, la discusión se desarrolla prácticamente sin el recurso a los datos. Hubo algunos análisis empíricos, pero en la mayoría de los casos, los han sido realizadas abogados y no policy makers, o presentan deficiencias metodológicas.

La Business Software Alliance realizó un estudio que aparentemente revela que en Europa las pequeñas compañías confían en las patentes de software y que ha sido severamente criticado por los medios de comunicación debido a las inexactitudes estadísticas y por causa de una conferencia de prensa que fue interpretada - correcta o incorrectamente - como una exageración de los resultados. Un interesante estudio alemán realizado por un gran número de programadores de software, reveló que empresas de todas las dimensiones están convencidas de que las patentes de software perjudicarían más que ayudarían al desarrollo de nuevo software. Es un resultado sorprendente, pero los estudios basados en actitudes y creencias son notoriamente difíciles y su autor tuvo la precaución de advertir que el grupo sobre el que se realizó el análisis podría no ser representativo estatísticamente hablando. Hay buenos estudios que muestran que las patentes pueden actuar como un signo útil para los inversores pero también que permiten a firmas dominantes bloquear nuevas entradas y desarrollos.

A falta de otros datos, los argumentos sólidos e incisivos prevalecen. Los defensores de la Directiva siguen manteniendo que "derechos más fuertes significarán más innovación." Sus detractores evocan las palabras de Bill Gates en 1991, cuando comentó la ampliación de la patentabilidad del software en Estados Unidos: "Si la gente hubiera entendido como se concedían las patentes cuando se inventó la mayor parte de las ideas de hoy en día , y si hubieran conseguido obtener patentes sobre las mismas, hoy en día la industria estaría completamente bloqueada."

Existe, sin embargo, una gran cantidad de literatura empírica sobre el efecto de la ampliación de la patentabilidad en la industria norteamericana de software que algunos policy makers europeos parecen desconocer.

Por ejemplo, los Profesores James Bessen y Robert Hunt, de la Reserva Federal, descubrieron que el aumento del número de patentes de software en Estados Unidos estaba asociado a un declive significativo en la inversión realizada por las empresas de software en la investigación y en el desarrollo de software. A medida que más y más patentes se iban concediendo, las compañías gastaban menos dinero en investigación y desarrollo. La correlación no prueba la causalidad, como los autores advierten con propiedad. Sin embargo, sus conclusiones son claras en relación con la noción asumida de que tener derechos de propiedad más fuertes en el área del software estimula la innovación. "Los datos de que disponemos sugieren que esta asunción puede ser incorrecta en el caso de las patentes de software. Si los cambios legislativos crearan bosques de patentes, el resultado podría ser menos innovación."

Eso es seguramente lo que los números en investigación y desarrollo indican. Lo gracioso es que Microsoft financió a dos economistas para que escribieran una crítica a ese artículo. ¿Será que el señor Bill Gates cambió de opinión sobre los efectos negativos que la ampliación de las patentes de software tendría sobre la innovación? Los datos indican que podría haber estado en lo cierto la primera vez. El Parlamento Europeo debería tomar nota de este hecho.